SEMILLA AGUSTINIANA
Recibido
El pan que diste a mis pobres se consumió; el pan que yo daré otorga fuerzas y no se agota. Denos, pues, pan, el pan que bajó del cielo. Al dar el pan, se dará a sí mismo ( Serm 86,4).P. Juan A. Cardenas
CAFEÍNA ESPIRITUAL
Recibido
En nuestro caminar diario, siempre encontraremos quien nos "moleste" la vida. Rencores, envidias, odios... Son condiciones de nuestra fragilidad humana, sufrimos... Nuestra obligación, Orar y Bendecir a quien nos quiere hacer daño y nunca olvidar que Dios no nos abandona:
¡Él marca la diferencia en nuestra vida!Pero contra tus hijos nada pudieron los dientes de las serpientes venenosas, pues tú misericordia acudió a sanarlos. No los curó hierba ni cataplasma, sino tu palabra, Señor, que todo lo sana. Pues tú tienes poder sobre la vida y la muerte, haces bajar a las puertas del abismo y haces subir.
Sabiduría 16: 10, 12-13
PALABRAS DEL SANTO PAPA FRANCISCO (Mt 11,2-11)
Recibido
Juan Al oír hablar de las obras de Jesús, a Juan le asalta la duda de si realmente es el Mesías o no. El texto subraya que Juan se encuentra en la cárcel, y esto, además de en el lugar físico, hace pensar en la situación interior que está viviendo: en la cárcel hay oscuridad, falta la posibilidad de ver claro y ver más allá. De hecho, el Bautista ya no logra reconocer Jesús como Mesías esperado. Está asaltado por la duda y envía a los discípulos a verificar: “Id a ver si es el Mesías o no”. Pero esto significa que también el creyente más grande atraviesa el túnel de la duda. Y esto no es un mal, es más, a veces es esencial para el crecimiento espiritual: nos ayuda a entender que Dios es siempre más grande de cómo lo imaginamos; las obras que realiza son sorprendentes respecto a nuestros cálculos; su acción es diferente, siempre, supera nuestras necesidades y nuestras expectativas; y por eso no debemos dejar nunca de buscarlo y de convertirnos a su verdadero rostro. Así hace el Bautista: ante la duda, lo busca una vez más, lo interroga, “discute” con Él y finalmente lo descubre. Juan, definido por Jesús el mayor entre los nacidos de mujer (cfr. Mt 11,11), nos enseña a no cerrar a Dios en nuestros esquemas. Este es siempre el peligro, la tentación: hacernos un Dios a nuestra medida, un Dios para usarlo. Y Dios es otra cosa. (Papa Francisco, Ángelus, 11 de diciembre de 2022)